En rueda de prensa, Hilario Alfaro, presidente de COCEM, que agrupa a joyeros, peleteros y perfumistas, entre otros comerciantes, dijo que la ley que quiere sacar adelante la Comunidad de Madrid es "humillante" hasta en su mismo epígrafe, ya que no supone una modernización del comercio, sino una vuelta al siglo XVIII, cuando los propietarios de establecimientos vivían prácticamente dentro de sus tiendas.

En su opinión, lo que debe hacer el Ejecutivo madrileño es mejorar la ley actualmente en vigor y "dejar de inventar cosas" que en realidad van en contra del comercio, como abrir las 24 horas. "Abrir durante la franja horaria de doce de la noche a siete de la mañana es ridículo, no es una necesidad para el consumidor", aseguró.

Tras insistir en que no entiende por qué Aguirre "se mete en este charco", Alfaro acusó a la presidenta madrileña de engañar a los comerciantes y de cometer "fraude electoral", ya que ni antes de las últimas elecciones autonómicas ni en el posterior debate de investidura se refirió a la aprobación de esta ley.

El presidente de COCEM abogó por modificar los hábitos de venta, pero defendiendo el comercio por encima de todo, al tiempo que recalcó que esto no se logra con la norma que pretende aprobar Aguirre, mediante la cual se ponen en peligro 100.000 puestos de trabajo y se esclaviza a los comerciantes.

Respecto a la postura favorable a la ley de otras asociaciones de comerciantes como CEIM y CECOMA, Alfaro puntualizó que no existe consenso dentro de dichas organizaciones y que los únicos que han celebrado la puesta en marcha de la norma han sido sus respectivos presidentes. En este sentido, indicó que están estudiando pedir la dimisión del máximo dirigente de CECOMA, Salvador Santos Campano, por defender la ley a título exclusivamente particular.

Por su parte, el presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Pere Llorens, subrayó que la norma constituye "una injusticia" para los responsables del sector y apuntó que no es posible que el resto de comunidades españolas estén equivocadas cuando afirman que la decisión del Gobierno madrileño no es positiva.

También acusó a Aguirre de no creer en la conciliación de la vida laboral y familiar y destacó que las encuestas dan el visto bueno a los horarios actuales, por lo que no entiende a qué se debe este empeño en perjudicar al pequeño y mediano comercio.