En declaraciones a Servimedia, Abascal, que es miembro de la Mesa de las Juntas de Álava, aseguró que la iniciativa del Ejecutivo vasco es "un nuevo disparate, una nueva imposición lingüística".

Abascal, que es presidente del PP en la comarca alavesa de Ayala, es propietario de un comercio de ropa en el municipio de Amurrio. Esta tienda fue incendiada en 1999 por el entorno de ETA, lo que le causó pérdidas por valor de más de 25 millones de pesetas.

El dirigente del PP vasco insistió en que la medida que quiere tomar el Gobierno de Ibarretxe "conlleva falta de libertad" y "está muy alejada de la realidad".

Al mismo tiempo, Abascal señaló que en ningún caso acatará la norma de tener empleados que hablen euskera ni pagará las multas que se le puedan poner por ello. "Recurriré hasta donde tenga que recurrir", afirmó.