Los autores del texto consideran que el anuncio de ciertos productos, como material escolar, puede suponer un beneficio para los alumnos. Además, una selección adecuada de las actividades comerciales en las escuelas podría enseñar a los escolares las relaciones entre el consumo y la publicidad.

El informe, realizado por investigadors franceses, británicos y belgas, apoya la idea de permitir la entrada de publicidad en los colegios, que los Estados miembros deberán regular libremente de acuerdo con su propia situación cultural. Sin embargo, también prevé la creación de cuerpos reguladores en toda la Unión para decidir en qué casos y qué actividades deberían permitirse y cuáles no.

Según el informe, varias escuelas comunitarias ya han emprendido esta iniciativa, aceptando el patrocinio de empresas de ordenadores o de conexión a Inernet para anuncios en cuadernos de ejercicios, lo que les supone unos beneficios económicos muy atractivos, sobre todo en el caso de los colegios públicos.

La comisaria Bonino ordenó el pasado año la realización del informe teniendo en cuenta que no había normas comunitarias sobre el sector escolar en cuanto a esta materia, y ante el temor de que el consumo de los niños pudiera llegar a estar influido por la publicidad anunciada en los colegios.