González donó sus bonsáis al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 1996, después de dejar la Presidencia del Gobierno, y ahora se exponen en una zona ampliada del Jardín Botánico, la "Terraza de los Laureles".

La exposición fue inaugurada hoy por el propio González, junto a la ministra de Educación, María Jesús San Segundo; el presidente del CSIC, Carlos Martínez, y los responsables del Jardín Botánico.

A todos ellos, y a multitud de invitados, González les fue explicando las características y curiosidades de cada uno de los bonsáis expuestos, aunque después no quiso hacer ningún tipo de declaración ante los medios de comunicación.

Una parte de los bonsáis, los que están en mejores condiciones y son más resistentes, se exponen en el exterior, y otros están en invernadero. Todos irán rotando su ubicación según la época del año.

Muchos de los bonsáis son adquisiciones o regalos procedentes de numerosos lugares del mundo, pero la mayoría eran retoños normales de especies autóctonas recogidas por González de diversos rincones de la geografía española y convertidos en bonsáis después de un intenso y paciente trabajo.

Se trata, por ello, de la mejor colección de bonsáis de especies autóctonas ibércias de cuantas se exponen en el mundo.

En ese trabajo que González hacía en el Palacio de la Moncloa estaba asesorado por el "maestro" Luis Vallejo, que ha sido ahora contratado por el Jardín Botánico para hacerse cargo de la colección.

Según Vallejo, el secreto para cuidar bonsáis es añadir a los imprescindibles conocimientos de botánica una alta dosis de paciencia. Después, cada uno de esos pequeños árboles tiene una propia historia que contar, asegura.