Lo hizo en un comunicado en el que deploró que los recién nacidos de hasta tres meses mueren de diarrea, hipotermia, deshidratación e infecciones como consecuencia de “la falta de asistencia médica para las madres, que viven en condiciones pésimas, sin agua, saneamiento, calefacción ni alimentos”.

Oxfam Intermón cifró en más de 50.000 las mujeres embarazadas en Gaza, 5.500 de las cuales darán a luz en diciembre, lo que supondrá alrededor de 180 nacimientos diarios. La organización calcula que el 30% de ellas podría sufrir complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto, y necesitarían atención médica extra.

Según la red de médicos Juzoor, con la que Oxfam Intermón colabora en Gaza, los nacimientos prematuros han aumentado entre un 25% y un 30%, como consecuencia de que las mujeres embarazadas tienen que “recorrer largas distancias a pie en busca de condiciones seguras”.

Del mismo modo, la organización subrayó que en el norte de la Franja se han “más que duplicado” los casos de desprendimiento de placenta, una grave complicación durante el parto que puede poner en peligro la vida de la madre y del recién nacido.

Ante esta situación, Oxfam Intermón aseveró que “una pausa humanitaria de cuatro días sería demasiado corta y demasiado frágil” y deslizó que “sin equipos esenciales ni apoyo médico, los bebés prematuros y con bajo peso tienen pocas o ninguna posibilidad de sobrevivir”.

La organización también advirtió de que “la mayoría de los hospitales del norte de Gaza no están operativos debido a los ataques militares israelíes” y avisó de que “los pocos que quedan en el sur están desbordados y carecen de suministros esenciales”.

Esto le sirvió para recordar que antes del pasado 7 de octubre Gaza “ya presentaba una de las tasas de mortalidad neonatal más altas del mundo, con el 68% de todas las muertes infantiles”.

Oxfam Intermón está trabajando con Juzoor para ayudar a las personas de los 13 refugios del norte de Gaza con ‘kits’ de higiene y alimentos. A su vez, la organización ha movilizado a un equipo de 60 profesionales sanitarios para ofrecer asistencia.

A pesar de ello, subrayó que “la violencia constante, el asedio y la grave escasez de combustible y agua potable dificultan gravemente esta labor”.

Por último, exigió un alto el fuego y que se garantice un “acceso humanitario seguro” por las fronteras de Gaza con Israel y Egipto para “restablecer servicios vitales y proporcionar el apoyo médico que tanto necesitan las mujeres embarazadas y los recién nacidos”.