Según explicó hoy en Madrid la profesora Margarita Delgado, demógrafa del Instituto de Economía y Geografía del CSIC, la transición desde los métodos tradicionales a los modernos anticonceptivos en España ha tenido lugar recientemente y se ha producido en una sóla generación.

El trabajo, patrocinado por Schering, refleja que el uso de antionceptivos entre 1985 a 1995 aumentó en más de un 15% y la eficacia respecto al método elegido creció un 22%. Los factores que más influyen sobre las pautas anticonceptivas son la edad, el nivel de instrucción y la práctica religiosa.

La profesora Delgado destacó que la protección frente al embarazo disminuye con la edad. Por encima de los 45 años se detecta una relajación en el uso de anticonceptivos y una elección de los menos seguros. En 1995, un 30% afirmaba no usar método alguno y un 38,4% opta pr un método ineficaz, como es el "coitus interruptus".

"Esta relajación es el motivo de que en el grupo de edad de entre 45 y 49 años se produzcan un importante número de embarazos que acaban en aborto", añadió.

En los 10 años estudiados han cambiado los métodos anticonceptivos de las mujeres. Mientras en 1985 los dos más utilizados eran la púldora y el "coitus interruptus", en 1995 el método mayoritario era el preservativo, seguido por la píldora.

ESTUDIOS Y RELIGION

La investigación señaa que el nivel de instrucción de las mujeres ha aumentado considerablemente en 10 años y ha ido parejo a la búsqueda de una mayor eficacia en la anticoncepción. "El nivel de estudios no sólo marca el uso más frecuente, sino principalmente la eficacia en el método elegido".

Mientras que en el segmento de mujeres sin estudios o con estudios primarios la situación no ha cambiado sensiblemente, ya que sólo crece un 9% la utilización de un método eficaz, entre las universitarias la seguridad crece más de u 16%.

En cuanto a la práctica religiosa, la demógrafa del CSIC explicó que no existen diferencias entre las distintas religiones, aunque sí que se aprecian entre no creyentes y creyentes, y entre católicas practicantes y no practicantes.

Las no creyentes han usado siempre métodos más eficaces (un 59% en 1995 y un 76,7% en 1995), mientras que las mujeres que se confiesan católicas practicantes son el grupo más desprotegido frente al embarazo (un 40% no usaba ningún método en 1985 y un 23% tampoco o hacía en 1995.