Las normas de la EFPIA rechazan prácticas habituales de algunos laboratorios, como el ofrecimiento de "ventajas financieras" a los médicos o la invitación de sus esposas a convenciones o cursos de especialidades.

El código, que será aplicado siempre que sus exigencias sean superiores a las de la legislación española, recoge las buenas prácticas sobre promoción, prescripción, dispensación o administración de los medicamentos, realizada por una firma farmacéutica.

La primera disposició de la nueva normativa establece que un fármaco no puede ser promocionado antes de recibir autorización para su comercialización. Cuando reciba el permiso, la publicidad deberá referirse exclusivamente a las indicaciones aprobadas.

Sobre la información de los medicamentos, el código señala que será precisa, muy contrastada, honesta y objetiva. La publiciadad deberá estar fundada sobre pruebas científicas e indicadas claramente.

La EFPIA recomienda, además, que el material de promoción de un produto farmacéutico deberá adecuarse al nivel profesional del destinatario.

Respecto a los visitadores médicos, el código obliga a la industria a organizar cursos de formación "adecuada y suficiente" para que puedan presentar adecuadamente sus productos.