Las comunidades pactaron en la conferencia sectorial que la norma sobre venta de coches de segunda mano fuera la misma para todos los territorios, para evitar desigualdades entre los consumidores de unas autonomías y otras.

El establecimiento vendedor deberá responsabilizarse de los datos qe figuren en la ficha del vehículo y en el contrato de compraventa, que serán más exhaustivos que en la actualidad. Así, el coche vendrá acompañado de la fecha de matriculación, kilometraje, nombre del propietario, resultados de la última ITV y percances o accidentes graves que haya sufrido y que hayan obligado a pasar una ITV, entre otras informaciones.

De esta manera, al comprar el coche usado el consumidor recibe una certificación por escrito sobre el estado e historial del mismo, junto a la documetación de Tráfico y la aseguradora, que podrá esgrimir ante el vendedor o los tribunales si luego descubre que le han engañado, por ejemplo, con los kilómetros recorridos.

No obstante, la norma señala que si el vendedor no puede conocer un extremo hará constar en la ficha que ese dato "no consta".

Los particulares que acuerden la compraventa de un coche entre sí no están obligados a someterse a estas exigencias porque "no pueden ponerse puertas al campo" y dos personas son libres para pactar lo qe quieran, según las mencionadas fuentes, aunque el comprador no estaría amparado por la garantía que le daría comprar en un concesionario o tienda de coches usados.