Así lo explicó hoy el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, quien explicó, al término del Consejo de Ministros, que a los coches adquiridos con este planse les aplicará un tipo cero en los primeros 5.000 euros.

Esta ventaja se aplicará siempre y cuando el precio del vehículo no sea mayor de 20.000 euros. Teniendo en cuenta que el precio medio de los vehículos será de 13.000 euros, los consumidores que se acojan al plan tendrán un beneficio equivalente de 1.040 euros.

Según el ministro, de este modo, además, se potenciará la compra de vehículos de gama media-baja, lo que "favorecerá la producción nacional", especializada en este sector.

De este modo se dará cumplimiento a uno de los objetivos del plan: apoyar a la industria del automóvil, que genera el 10 por ciento del empleo en España. La aplicación del plan supondrá la renovación de 240.000 vehículos en sus dos años de vigencia (hasta el 31 de julio de 2010).

Otra de las metas del plan es aumentar la seguridad vial. El plan se dirige a aquellos vehículos que tienen más de 15 años de antigüedad. Según el Gobierno, el parque español de vehículos es uno de los más antiguos de la Unión Europea, con una edad media de 9,4 años.

Los nuevos vehículos incorporarán sistemas de seguridad que se ha estimado que podrían reducir el número de accidentes en más de 2.000 y el número de víctimas (heridos y fallecidos) en más de 3.000 personas.

Asimismo, se busca "suavizar la desaceleración mediante el apoyo a los consumidores". Según los cálculos del Ministerio, se beneficiarán del plan unos 4,5 millones de hogares.

Eso sí, "cuando se acabe el dinero (el presupuesto del plan, de 1.200 millones de euros, que aportará el Instituto de Crédito oficial), se acabará el plan", dijo el ministro.

Finalmente, el plan pretende reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Los vehículos adquiridos con el Plan Vive deberán emitir menos de 120 gr/km. Además, permitirá ahorro energético, ya que reducirá el consumo de petróleo en 700.000 barriles.