El vendedor, Peter Lawson, adquirió el vehículo hace tres años en una subasta de Sothebys, como regalo para su hija, por poco menos de dos millones de pesetas. Ahora ha rechazado la oferta de un casino que estaba dispuesto a pagar más de 135 millones de pesetas, según informa la prensa local.

Lawson consideraba importante que elcoche pudiera estar a la vista de todo el mundo, y afirmó que prefería venderlo a un museo.

El coche, con una pequeña rana plateada en el capó, ha recorrido unos 130.000 kilómetros y está tasado en más de 120.000 pesetas.