Este fue el caso de una joven castellonense con movilidad reducida que en la pasada edición del Arenal Sound, según explica en sus redes sociales, tuvo que renunciar al festival tras asistir el primer día y comprobar las dificultades para acceder a las zonas habilitadas para personas con movilidad reducida.

La joven interpuso una reclamación ante Consumo en la que denunció falta de información sobre las condiciones de accesibilidad del festival y que no se le facilitó el acceso a las zonas habilitadas.

Según Cocemfe CV, los festivales deben "mejorar la información sobre accesibilidad en sus páginas web y la formación en trato adecuado al colectivo por parte del personal". “Somos conscientes de las dificultades que pueden producirse en macrofestivales de asistencia multitudinaria, pero, en algunos casos, las organizaciones y el personal deberían tener una mayor formación en la atención a nuestro colectivo”, destacó su presidente, Juan Mondéjar.

Subrayó asimismo que los festivales, "como empresas turísticas", tienen la obligación de “cumplir con la accesibilidad y adaptación de sus servicios a las personas con discapacidad", según lo dispuesto en la legislación vigente, en función de la Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad de la Comunidad Valenciana.

Por este motivo, la entidad hizo un llamamiento a los ayuntamientos de las localidades en las que se celebran espectáculos para que, en sus reuniones con las organizaciones de este tipo de eventos, se traten las cuestiones necesarias sobre el acceso de las personas con discapacidad y el cumplimiento de la normativa al respecto.

Pidió también a las empresas organizadoras que incluyan las cuestiones sobre accesibilidad y trato adecuado a las personas con discapacidad en el diseño de su evento desde su fase inicial.

Finalmente, Cocemfe CV ofreció su colaboración gratuita a las empresas organizadoras de estos eventos para cualquier tipo de asesoramiento que necesiten sobre accesibilidad o formación, con el objetivo de evitar futuras situaciones de exclusión o trato desigual a las personas asistentes a festivales, que, "como motor económico y reclamo turístico, atraen a miles de jóvenes al año" a la Comunidad Valenciana.