El coordinador general de la organización, Miguel López, calificó el acto de "simbólico" y "pacífico", para condenar "la podredumbre" de las autoridades francesas en lo que a política agraria comunitaria se refiere.

Exigió al presidente del Gobierno, José María Aznar, que defienda los intereses españoles como una cuestión de Estado "tal y como prometió durante la campaña electoral" y le pidió que agiliara la aprobación de los criterios comunitarios en cuanto a política agraria.

En este sentido, López advirtió públicamente que la COAG no está en condiciones de contener a los agricultores que, indicó, están dispuestos a tomar represalias contra los intereses franceses en España.

La protesta comenzó cerca del medio día. Una furgoneta cargada con 3.000 kilos de patatas, pepinos, sandías, tomates, y fresas cortó la calle y el cerca de medio centenar de agricultores presentes se empleó a fondo lanzado estos productos perecederos contra el edificio de la embajada, que mantuvo cerradas las puertas y ventanas durante el tiempo que duró la manifestación.

Los dos guardias civiles que vigilaban la sede diplomática asistieron al acto sin intervenir y la policía llegó cuando ya había finalizado la protesta.

Durante la media hora que duró el acto varias decenas de curiosos y vecinos de la zona aplaudieron a los agricultores y recibieron de buen grado la sugerencia del coordinador de la COAG de que ls españoles dejen de comprar en grandes superficies de capital francés, entre las que citó Alcampo, Continente y Pryca.

Al finalizar la protesta, la calle quedó sembrada de frutas y hortalizas que los vecinos de la zona se apresuraron a recoger en cajas y bolsas.