El accidente se produjo en la noche del 21 de julio de 1994 en la piscina del Club San Marcos, de Almendralejo (Badajoz), cuando la víctima se golpeó la cabeza con el fondo de la alberca.

Los magistrados del Supremo rechazan que el accidente, como sostiene el citado club, se produjera "por causas fortuitas, de verdadera mala suerte, y, en último extremo, por culpa de la propia víctima".

Para la Sala de lo Civil del Alto Tribunal, o cierto es que el club toleraba los baños nocturnos en la piscina, cuando ya los socorristas se habían retirado.

Este extremo, así como tener la piscina "prácticamente sin luz o deficientemente iluminada", entre otras infracciones, suponen la creación de un riesgo que obligaba a tomar unas medidas de seguridad que no se tomaron en entonces.

Con estos argumentos, el Tribunal Supremo confirma la sentencia dictada en su día por la Audiencia Provincial de Badajoz, que condenó al club y a la compañíaaseguradora de éste a indemnizar con 180.000 euros a la víctima.