CiU y PNV critican duramente a las centrales -------------------------------------------
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El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, mostró hoy la satisfacción del Ejecutivo ante el desarrollo del 28-M, porque la jornada ha transcurrido con "normalidad" y "no ha existido un apoyo masivo" de la sociedad a la convocatoria de huelga.
"No se ha producido una parálisis de la vida ciudadana", afirmó Serra en los pasillos del Congreso al término de l sesión plenaria, pasadas las 11 de la mañana.
El vicepresidente aseguró que se han registrado "muy escasos incidentes" y que los servicios mínimos se han cumplido. "Incluso en capitales como Madrid, Barcelona o Sevilla con un cierto exceso, porque ha habido más servicios mínimos que los fijados en transportes o en otros servicios esenciales".
"Podemos decirles a los españoles que el Gobierno ha hecho lo posible para que cada ciudadano pudiera actuar ante la huelga según su decisión", señaló Serr, quien añadió que el despliegue de la policía en las ciudades ha evitado que se pudieran producir incidentes.
Sobre este punto, negó las acusaciones lanzadas por los sindicatos contra el Ejecutivo por la numerosa presencia policial en las calles. "No comprendo cómo puede criticarse la presencia policial. Los policías están en la calle para defender la libertad de todos, incluida la de los que han convocado la huelga", dijo.
POLICIA EN DEMOCRACIA
Narcís Serra añadió que "ya han pasado los tiemps de la dictadura en los que la presencia de la policía en las calles podía crear intranquilidad a los españoles. En democracia, la policía está en las calles para garantizar que todos los ciudadanos tengan libertad de actuación y garantizar la normalidad en la huelga".
Preguntado por las repercusiones que tendrá el paro de hoy en el conflicto entre Ejecutivo y sindicatos, el vicepresidente confió en que las centrales accedan a "dialogar" con el Gobierno sobre las prioridades de la política social y eonómica española.
"La posición del Gobierno antes y después de la huelga es la misma: estamos dispuestos a conversar, dialogar y encontrar puntos de encuentro", aseguró.
Serra, que rehusó comparar el seguimiento de la jornada con el del 14-D de 1988, añadió que los sindicatos tienen que reflexionar "sobre lo que conviene a España para que las cosas vayan bien y podamos entrar con los países europeos en ese grupo que va a construir la unidad económica y monetaria". "Lo que tenemos que hacer a partr de hoy se podía haber hecho sin que se declarase esta huelga", recalcó.
FRACASO DE LA HUELGA
El secretario de Organización del PSOE, José María Benegas, afirmó que "no se puede hablar de éxito de la huelga", sino de "fracaso", porque el paro ha sido "desigual" y "en muchos casos ha habido actuaciones de piquetes que han cerrado comercios y han impedido a los trabajadores acudir a sus centros de trabajo". "Esto no ha sido el 14-D de 1988", aseguró el "número tres" socialista.
El secretario genral del Partido Popular, Francisco Alvarez Cascos, mantuvo que en la jornada de hoy "han perdido todos". "El Gobierno ha unido a sus fracasos el récord de convocatorias de huelga contra él. Los sindicatos han perdido, porque la imagen de responsabilidad que deben dar no es convocar huelgas, ya que los problemas políticos se resuelven en las urnas".
En su opinión, las centrales sindicales incurren en una "contradicción" al convocar huelgas y, a la vez, "apoyan al Gobierno con sus votos en las urnas". "ambién han perdido los ciudadanos y las empresas, que pagarán las consecuencias de la huelga", añadió Alvarez Cascos.
Convergència i Unió y Partido Nacionalista Vasco, habituales aliados del PSOE en el Parlamento, fueron aún más contundentes que los dirigentes socialistas en sus pronunciamientos en contra de la huelga.
El portavoz de Convergència i Unió en el Congreso, Miquel Roca, manifestó que la huelga "no ha reproducido ni la sensación ni los resultados que se recuerdan del 14-D".
En su pinión, el paro ha transcurrido con la normalidad "alterada simplemente por los piquetes que han querido actuar al margen de lo que es su función".
El fracaso de la convocatoria, a su entender, debería servir como "elemento de reflexión" a los dirigentes sindicales "para entrar en una fase de negociación y diálogo con el Gobierno al que todas las fuerzas políticas les hemos invitado".
"Sería bueno que la lección de hoy tuviera consecuencias positivas para el país, su economía y la gente que esper un puesto de trabajo", añadió Roca.
SUBCULTURA SINDICAL
Iñaki Anasagasti, del PNV, fue el líder parlamentario más crítico con la iniciativa de las centrales sindicales. Afirmó que los sindicatos no sólo no han logrado ninguno de los objetivos que perseguían, sino que "han perdido una cierta autoridad moral para reivindicar con más sentido una huelga en otro momentos".
"Somos partidarios del diálogo y creemos que los sindicatos no han agotado todas las vías y han ido con el 'no' por delante. Viimos en una subcultura del sindicalismo reivindicativo del siglo XIX que creemos superado. Ayer (por el miércoles) en Euskadi, sufrimos una huelga general porque hubo violencia y coacción. No hubo libertad para ir a la huelga o ir a trabajar y mientras eso no lo asuma la sociedad iremos muy mal".
El portavoz del CDS, José Ramón Caso, declaró que la huelga ha sido seguida de modo desigual, "con mayor fortaleza en zonas industriales de las grandes ciudades y con un seguimiento inferior en la actividad cmercial".
Caso dijo que hay motivos serios para estar en contra del decreto sobre desempleo, pero "también hay motivos para creer que la huelga no era oportuna en estos momentos".
Por otra parte, la Oficina de Prensa del Congreso de los Diputados emitió una nota en la que asegura que "el número de votos registrados en las diferentes votaciones de hoy (en pleno) es el habitual", en contra de las informaciones de algunos medios de comunicación.
Según los datos facilitados por la Cámara Baja, etuvieron hoy presentes en la Cámara y votaron un total de 291 diputados. La pasada semana acudieron el mismo número de parlamentarios, la anterior 264 y la que le precedió 264.
Los aledaños del Palacio del Congreso estuvieron cortados al tráfico durante las dos horas que duró el pleno. Sólo los vehículos autorizados pudieron atravesar la Carrera de San Jerónimo. El número de agentes del orden desplegados en la zona fue sensiblemente superior al de otras ocasiones.
(SERVIMEDIA)
28 Mayo 1992
JRN