En la argumentación de esta propuesta, el portavoz de CiU, Joaquim Ferrer, señala que Tarragona constituía, junto con Mérida y Córdoba, una de las tres capitales de la península ibérica durante la dominación romana.

"Para la ciudad no es un esfuerzo convivir con esta realidad", asegura Ferrer, "pero sí l es el sobreesfuerzo económico que representa el mantenimiento, excavación, estudio y planeamiento del riquísimo patrimonio arquitectónico romano".

Dado que Córdoba y Mérida gozan ya de la denominación de ciudades Patrimonio de la Humanidad y se benefician de las ayudas y el apoyo técnico que esto conlleva, el Grupo Catalán considera "de justicia que esta preciada condición se confiera también a Tarragona".