Para los responsables de la filial española de Citroën, los 230.476 millones de pesetas facturados por la empresa reflejan el retroceso de las entas de coches en el mercado nacional, que según las últimas cifras de la patronal del sector (Anfac) cayeron en enero más de un 20 por ciento.

Asimismo, opinan que la tendencia a la baja en las ventas de coches "es especialmente alarmante desde el pasado mes de diciembre, cuando la facturación de los fabricantes de automóviles descendió un 30 por ciento respecto al mes anterior".

La dirección de Citroën Hispania considera que "de continuar la tendencia negativa del sector en toda Europa, las exortaciones se verán igualmente afectadas y no podrán compensar, ni parcialmente, las pérdidas de ventas en el mercado español".

Sin embargo, la "gran depresión" que, a su juicio, atraviesa el sector, no es inconveniente para que la empresa haya decidido realizar unas inversiones de unos 12.000 millones de pesetas en 1991, un 11 por ciento menos que las del pasado ejercicio.

Este dinero se destinará, fundamentalmente, a la mejora de la factoría de Citroën en Vigo, considerada como una de las mejors equipadas tecnológicamente en Europa, y al lanzamiento del modelo ZX, con el que la firma pretende aumentar su penetración en el mercado, un 10,9 por ciento en 1990, y disponer, por primera vez, de una gama completa de turismos -AX, BX, ZX y XM-.

Las matriculaciones de Citroën Hispania en Península y Baleares alcanzaron los 115.636 vehículos en 1990, sobre una producción de 221.860 unidades, de las que 110.349 se destinaron a la exportación.