La empresa atribuye este descenso, entre otras cosas, a los gastos deriados de los lanzamientos del Citroën Saxo, Peugeot Partner y Citröen Berlingo, que en lo que se refiere a los dos últimos modelos exigió una inversión previa de 9.500 millones de pesetas.

La producción se redujo en unas 10.000 unidades y se situó en 148.525 vehículos. La cifra de negocios se elevó a 210.760 millones de pesetas, frente a los 187.735 millones del año anterior. Ese aumento obedece al incremento en el número de matriculaciones de turismos de esta compañía y a las exportaciones, que alcanzron los 118.588 vehículos, frente a 115.000 del ejercicio precedente.