"Lo que defenderé dentro de los órganos de mi partido es que se enmienden todos y cada uno de los artículos en coherencia con lo sostenido por nuestros compañeros en el Parlamento de Cataluña", señala en una entrevista publicada hoy en "Abc".

A este respecto, Cisneros reconoce que "existen voces en el seno de mi partido que defienden posiciones de inhibición", pero él apuesta por enmendar el texto durante su tramitación en el Congreso.

Además, Cisneros pide que el PP haga "un ejercicio de pedagogía política" y recomienda a los ciudadanos que se lean el texto.

"Que lo lean los trabajadores, los contribuyentes; que lo lean los empresarios para que se den cuenta de que la unidad de mercado aparece absolutamente ignorada en todo el proyecto. Y no se trata de preservar a España como un mercado cautivo, que es lo que nos han venido a decir algunas voces empresariales catalanas; se trata de reivindicar una relación de pertenencia, de identidad", explica.

"CAMBIOS COSMETICOS"

En relación a la actitud del PSOE, Cisneros cree que "va a enmendar a fondo el sistema de financiación, pero el resto de los cambios serán más bien cosméticos, y condicionará a esa voluntad de reforma la decisión de mantener el acuerdo con los nacionalistas".

En este sentido, agrega que "Zapatero nos cree aritmética, política e históricamente prescindibles. Insisto, con un sectarismo enfermizo que desmiente las posiciones retóricas del talante y la cordialidad gestual. No sólo considera que no nos necesita, es que no quiere el entendimiento entre los dos grandes partidos. Lo demostró en febrero de este año en la entrevista con Rajoy y no ha dejado de manifestarlo desde entonces".

Cisneros recalca que en "las viejas guardias" del PSOE hay un "respeto al consenso constitucional muy asentado", pero "hay otro elemento que podemos llamar posmoderno, que parece dominante en el Grupo Parlamentario y que no es partidario del entendimiento".

El diputado popular y vicepresidente del Congreso considera que varias instancias pueden impulsar la reforma constitucional, por lo que no descarta que "los gobiernos y los parlamentos de las comunidades autónomas que se van a sentir lesionadas, ni el propio Defensor del Pueblo, pongan en marcha este mecanismo".

Entre las comunidades autonómas, Cisneros incluye a Extremadura y Castilla-La Mancha, ya que, a su juicio, sus presidentes, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José María Barreda, respectivamente, "tienen más próxima la preocupación de sus bases sociales".

En líneas generales, Cisneros cree que Zapatero es "uno de los personajes más sectarios que ha circulado por la vida política española" y "ensaya construir un nuevo consenso que desplace al de 1977".

Este consenso, para Cisneros, "sería el acuerdo entre una izquierda de ámbito nacional y los nacionalismos periféricos de todo signo, dejando fuera, con un papel testimonial o legitimador, a la derecha de ámbito nacional. A mí me parece una empresa imposible. En todo caso, sería un ejercicio de aquello que Ortega llamaba la hemiplejia moral. Es decir, condenar o excluir a un hemisferio de la vida española".