El resto de los encuestados, un 85,1%, salvo el grupo no sabe/no contesta, quiere que se exija un contrato de trabajo previo a la entrada en el país, según ese sondeo, realizado entre 2.500 personas del 16 al 22 de mayo.

Fernández Díaz respondía así a las afirmaciones que hizo ayer Zapatero durante la comparecencia de José María Aznar ante el Congreso para explicar la "cumbre" de la UE en Salónica (Grecia), en el sentido de que ha fracasado su política con tres ministros y trs reformas de la Ley de Extranjería en tres años de legislatura.

El secretario de Estado dijo que esto no significa que los españoles rechacen la inmigración, puesto que el 53% de los sondeados cree que en España se necesita mano de obra inmigrante, pero sí que demandan una regulación clara como la que ha practicado el Gobierno.

Censuró al dirigente socialista su falta de memoria por no decir que el CIS, en época de gobiernos socialistas, también hacía preguntas relacionando inmigración y delincuncia, aún más duras que las que hace ahora el organismo sociológico.

Durante la última década, en paralelo al crecimiento del fenómeno inmigratorio en España, los ciudadanos han ido estableciendo una relación entre inmigración y delincuencia que en mayo llegó al 58,1% de los encuestados.

Jorge Fernández Díaz argumentó que la obligación del CIS es preguntar a los españoles y dar a conocer la realidad sociológica, no ocultarla como hacían los gobiernos socialistas. Fernández Díaz documentó con pregntas de la base de datos del CIS correspondiente a 1990, que presentaban a los encuestados una listas de actividades ilícitas para que se pronunciaran sobre con cuáles de ellas estaba más relacionado el inmigrante: tráfico, venta y consumo de droga, prostitución o mendicidad.

O se inducía al prejuicio más que ahora, insistió el secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, haciendo que los sondeados se pronunciaran sobre si los inmigrantes "son el realidad delincuentes", "recurren a la delicuencia al no encontrar trabajo" o "ambas cosas".

OCULTARLO, "UNA SENDA MUY PELIGROSA"

Esos datos no salían a la luz en los "barómetros" que en el año 90 hacía públicos el CIS. Al ser preguntado por qué el actual Gobierno sí hace públicos periódicamente datos sobre la relación entre inmigración y delincuencia, algo que critican duramente partidos de izquierda, ONG's y asociaciones de inmigrantes, Jorge Fernández Díaz explicó que lo contrario es entrar en "una senda muy peligrosa".

"La ley oblig a presentar los sondeos y eso es lo que está haciendo este gobierno, presentar los sondeos", dijo, al tiempo que, parafraseando a Quevedo, señaló que, cuando el espejo refleja una cara que no se quiere ver, lo que hay que hacer es cambiar la cara no romper el espejo.

La sociedad española, insistió, "es lo suficientemente madura para no ver fantasmas" ni dejarse arrastrar por climas cercanos a la xenofobia. Simplemente, comentó, se trata de reflejar que "la capacidad de acogida no es ilimitada", como ienen a proponer PSOE e IU, dijo, con su política de papeles para todos. Y siempre habrá, añadió, "una minoría" de delincuentes entre el colectivo inmigrante, como la hay en otros sectores".

LA SITUACION POLITICA SE "NORMALIZA"

Por otro lado, el secretario de Estado dió cuenta de que el "Barómetro" del CIS de mayo viene a ratificar que la "normalidad" ha vuelto a las preocupaciones ciudadanas, volviéndose a situar en primer lugar paro; en segundo, terrorismo; y en tercero, inseguridad ciudadana.

Este dato va acompañado de una mejora en la percepción de la situación política, que ahora es para un 19,4% "muy buena" (1,2%) o "buena" (18,2%), casi un punto más que en abril. En el lado contrario, son menos, 30,8%, los que ven la situación política como "mala" (21%) o "muy mala" (9,8%), casi un tres por ciento por debajo de abril.

Situaciones que coyunturalmente preocuparon mucho a los españoles en meses pasados, como el desastre del buque "Prestige" o la guerra de Iraq, ahora ocupan el puesto 2210, respectivamente, en el índice de preocupación ciudadana.

La que se ha elevado en los dos últimos meses de forma espectácular es la preocupación de los españoles por el precio de la vivienda, que ha pasado de lugares intermedios de la tabla a un cuarto puesto de la lista.