"Desde un punto de vita técnico es una pena, porque la intención de voto es una variable de cruce muy importante", explicó. "Ese dato cruzado con otras variables, con la situación económica, con la percepción de la situación política, con la valoración de la oposición y otros acontecimientos, permite entender qué cosas repercuten sobre los apoyos electorales y cuáles no".

"En segundo lugar, que es lo más importante, (afecta a) la riqueza y densidad de las series históricas, que son de las más largas y densas de Europa", djo antes de resaltar que "el CIS tenía una ventaja en relación con otros institutos que era precisamente la frecuencia de sus observaciones, que permite afinar mucho más en la estimación".

Arango precisó que no deseaba valorar la decisión política de su sucesora "por la que tengo", dijo, "todos los respetos".

"Puedo entender", concluyó, "que para un responsable del CIS es muy duro el estar sometido al escrutinio mensual, ya que al ser un organismo público, sus datos tienen un impacto muy fuerte e los medios de comunicación y puede resultar muy incómodo y muy duro para un responsable del CIS. Yo he vivido esa presión".