El estudio es el primero que compara la eficacia del tratamiento habitual, a base de medicamentos, con la cirugía para atacar la epilepsia. La investigación ha centrado su interés en la reacción de 80 enfermos a sus respectivos tratamientos.

De los 80 enfermos, 40 de ellos elegidos aleatoriamente recibieron una medicación tradicional, mientras que los otros 40 fueron operads quirúrgicamente.

La operación consistía en cortar entre 4 ó 6 centímetros de la masa cerebral del lóbulo temporal, responsable de la memoria y del lenguaje. Los resultados fueron sorprendente; el 58% de los pacientes operados no sufrió ataques epilépticos fuertes después de transcurrido un año de la operación y un 38% quedó completamente recuperado. Sin embargo, tan sólo un 8% de los pacientes que recibieron el tratamiento habitual dejó de sufrir estos ataques.

Aún así, esta cirugía también tiee efectos secundarios. Dos de los pacientes operados sufrieron problemas de memoria y dificultad para aprender nuevas cosas.