Según la Unión Sindical Obrera (USO), los internos, calificados muy peligrosos, sacaron de su celda al joyero, considerado por los presos como un confidente policial y un chivato, y se pasaron toda la noche diciéndole que ian a arrojarle desde el tejado.

Los amotinados comenzaron su protesta sobre las ocho de la tarde, cuando los funcionarios repartían las bandejas con la cena en la zona de máxima seguridad de la cárcel, donde está internado el joyero, que se ha acogido al artículo 32 del Reglamento Penitenciario (protección administrativa).

En un momento dado, un recluso, apellidado Rodríguez Rodríguez, colocó un "pincho" en el cuello de un funcionario y se hizo con las llaves de varias celdas. El preso dijo a su uardian que estuviese tranquilo, ya que no iban a ir contra él.

SECUESTRADO

Rodríguez Rodríguez abrió cuatro celdas y los penados sacaron de la suya por la fuerza a Federico Venero, al que obligaron a subir al tejado. Mientras, animaron al resto de los reclusos a que secudasen su protesta, cosa que no hicieron.

En ese módulo hay internados varios miembros de la organización armada ETA que, según fuente sindicales, no participaron en los incidentes.

Al ver que sus compañeros no les hacían cso, los cinco subieron al tejado de la prisión donde solicitaron la presencia del director, un fiscal de la Audiencia Provincial y un juez para negociar con ellos.

Mientras hablaban con los representantes de la Administración, los presos amenazaron en numerosas ocasiones con arrojar al vacío al joyero santanderino, que destapó la denominada "mafia policial".

Después de negociar durante toda la noche y madrugada, los cinco amotinados depusieron su actitud sobre las siete de la mañana, hora en que ajaron del tejado y liberaron a Venero. Esta mañana, la situación en Nanclares era de total normalidad.

Antes de ingresar en prisión, el joyero santanderino hizo un llamamiento a las autoridades para que impidisen que fuese a la cárcel. Federico Venero dijo entonces que su vida peligraría en cualquier penal, ya que muchos presos españoles fueron detenidos gracias a sus confidencias.

OLEADA DE MOTINES

Ayer, los 450 penados de la cárcel Cáceres II, de jóvenes, protagonizaron otro motín, que acabóa primeras horas de la tarde con un saldó de seis reclusos heridos, tres de ellos graves.

Según la versión oficial, los incidentes comenzaron cuando dos de las bandas rivales que hay en la prisión se enzarzaron en una pelea que contagió al resto de los reclusos.

El jueves de la semana pasada, una veintena de reclusos de la cárcel de máxima seguridad de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) retuvieron por espacio de 21 horas a tres funcionarios de prisiones y a la psicóloga del centro.

Durante e incidente, resultó muerto el preso marroquí Jalali Boubalati, de 25 años, que fue apuñalado ante el administrador de la cárcel.