Los estatutos de todas ellas reflejan su vinculación "con determinados productos desde el origen hasta el tratamiento, reciclado, recuperación o neutralización de los residuos de todo tipo a los que los mencionados productos puedan dar lugar al final de su vida útil".

Los reponsables de estas organizaciones insisten en que muchos desechos deben ser considerados como una materia pima obtenida tras un minucioso proceso de recogida, recuperación y clasificación.

Los datos facilitados por Siderinsa indican que esta sociedad transforma en productos finales útiles más de seis millones de toneladas de chatarra al año, "lo que equivale a seis millones de coches".

El presidente de Siderinsa aseguró que "Ferma se crea como mesa común para las organizaciones constituyentes, aunque está abierta a las que se asocien en un futuro, para aprovechar los conocimientos de todos los que foramos parte de la federación".

A su juicio, estas organizaciones empresariales "ya hacían ecología cuando la palabra no estaba en la mente del ciudadano medio, y además bajo criterios económicos, puesto que a nadie se pedía nada para recuperar, clasificar, transportar o reciclar".