EL CIERRE DEFINITIVO DE LAS NUCLEARES ESPAÑOLAS COSTARIA MAS DE 160.000 MILLONES

MADRID
SERVIMEDIA

El cierre definitivo de una central nuclear de tipo medio de las que funcionan en España costaría 268 millones de dólares, unos 26.800 millones de peseta, según un estudio conjunto de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Agencia de la Energía Nuclear de la OCDE, a cuyas conclusiones ha tenido acceso Servimedia.

Esto supone que si el Gobierno decretase el cierre definitivo de las nucleares que hay operando ahora, como quiere el PSOE, el sector eléctrico debería hacer frente a un desembolso de unos 160.800 millones de pesetas, para poder financiar el desmantelamiento de estas instalaciones.

A ello habría que sumar el dinero que percibiían las empresas propietarias de nucleares por cerrar las plantas durante su vida útil, es decir, antes de amortizarlas, y la indemnización por las centrales a medio construir que no llegaron a funcionar por el decreto de moratoria nuclear aprobado por el Gobierno socialista en 1982.

El propio ministro de Industria, Claudio Aranzadi, ha reconocido que esta indemnización por la moratoria nuclear no se hará a cargo de los Presupuestos del Estado, por lo que la vía para pagar a las empresas sería un recago en el recibo de la luz.

Las conclusiones de este informe sitúan el coste de clausura definitiva de una central en los doce países de la OCDE con mayor potencial nuclear en una banda que oscila entre los 130 millones de dólares de Estados Unidos y los 477 de Italia.

¿QUE ES LA CLAUSURA?

Para los autores del análisis, "los costes de clausura de una nuclear se originan después de su cierre, es decir, cuando está fuera del ciclo productivo, aunque se considera que forman parte de la vida de la cntral en su fase terminal".

Entre los ejemplos seguidos en varios países para financiar estos costes, que en la mayoría de los casos están previstos desde la apertura de la instalación, se cita el caso español.

En España, añade el inmforme, se sigue una de las opciones más comunes para cubrir estos gastos de clausura, basada en la acumulación del capital necesario durante la vida útil de la central, mediante una tasa fija que grava el precio de la luz que pagan los consumidores. Dicha labor la tine encomendada la Empresa Nacional de Residuos (ENRESA), propiedad del Estado.

Otros países han seguido opciones diferentes, como la creación de un depósito económico o la contratación de un seguro en el momento de comenzar la construcción de la central. También hay naciones en donde la generación de electricidad está nacionalizada y basta con cargar los costes a los Presupuestos Generales del Estado.

ESPAÑA: ENTRE LOS CINCO MAS CAROS

Según el informe, el cierre de una central nuclear española staría entre los cinco más caros de los países de la OCDE, con un precio que sólo superarían Italia (47.700 millones de pesetas), Gran Bretaña (38.000), Holanda (32.000) y Alemania (28.000).

Por debajo del precio de cierre de una central nuclear española estarían las instalaciones medias de países como Japón (22.100 millones de pesetas), Francia (20.800), Bélgica (20.700), Finlandia (18.900) y Estados Unidos (13.000).

No obstante, los responsables del estudio reconocen que la tabla de valoración e gastos que realizan varía entre unos Estados y otros, e incluso dentro de los mismos países, ya que a todas las instalaciones no se les supone el mismo coste.

Ese es el caso de Canadá, en donde hay catalogadas dos tipos medios de central en función de su potencia. Por ejemplo, a una planta de 881 megawatios de potencia le correspondería un coste de clausura de 19.600 millones de pesetas, mientras que el cierre de otra instalación de 400 megawatios, en el mismo país, costaría 16.400 millones.

Enre las causas que más encarecen el cierre definitivo de una planta nuclear está la operación de desmantelamiento y los llamados gastos imprevistos, como medidas para evitar posibles riesgos de contaminación. Ambos aspectos representan un 62 por cien del precio final del proceso.

Los costes del personal fijo (22 por ciento) y el almacenamiento definitivo de los residuos (13 por ciento) serían las otras partidas presupuestarias más voluminosas, mientras que la descontaminación previsible, el embalaje y l transporte de todos los materiales suponen el 3 por ciento restante.

(SERVIMEDIA)
15 Mayo 1991
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