Esta es una de las recomendaciones que se recogen en la "Declaración de Alicante", documento elaborado por los expertos que han participado en el Simposio Internacional sobre el Uso Sostenible de las Aguas Subterráneas.

La comunidad científica internacional considera que, gestionadas adecuadamente, las aguas subterráneas pueden garantizar un abastecimiento a largo plazo que contribuiría a atender las crecientes demandas y a mitigar los impactos del cambio climático previsto.

Sin embargo, los expertos destacan que la inadecuada explotación de esos recursos y los impactos no deseados de ciertas prácticas de uso del suelo han provocado efectos adversos, como la degradación de la calidad del agua, el daño a los ecosistemas acuáticos, el descenso excesivo de los niveles de agua subterránea y, en consecuencia, el hundimiento paulatino del suelo y la desaparición de humedales.

Las aguas subterráneas representan más del 95% de las reservas mundiales de agua dulce. "Dadas sus ingentes reservas y su amplia distribución geográfica, representan una garantía de que la población mundial actual y futura contará con un abastecimiento asequible y seguro", afirmó el académico español y presidente del simposio, Ramón Llamas.

Otras recomendaciones de la citada declaración son ampliar la comprensión de los derechos del uso del agua subterránea, sus reglamentos, políticas y usos; convertir el mantenimiento y la restauración del equilibrio hidrológico en un objetivo a largo plazo de las estrategias regionales de gestión del agua; y mejorar la capacidad y el saber científico, de ingeniería y de aplicación de tecnologías en los países en vías de desarrollo.

Finalmente, los expertos sugieren la implantación de programas de seguimiento constante de las aguas superficiales y subterráneas, desarrollar instituciones locales para mejorar la gestión sostenible del agua subterránea y trabajar para que los ciudadanos puedan reconocer la función esencial de las aguas subterráneas en su entorno social y la importancia de su uso responsable.