Esa es la principal conclusión de un estudio realizado por cuatro investigadores pertenecientes a instituciones de Estados Unidos o Países Bajos y publicado en la revista ‘PLOS Biology’.

Existe una fuerte brecha de género en la ciencia que se manifiesta de muchas maneras. Una de los más destacados es la representación relativa de hombres y mujeres entre los científicos, cuyo trabajo recibe mayor atención en la literatura científica.

Los autores del estudio, liderados por John Ioannidis, de la Universidad Stanford (Estados Unidos), se apoyaron en la base de datos Scopus, que incluye artículos de todos los campos científicos. Tomaron como fecha tope el 1 de septiembre de 2022, hasta la cual casi 5,8 millones de investigadores de todo el mundo habían publicado al menos cinco artículos completos y a quienes se podía asignar su identidad de género con alta certeza.

En total, 3.784.507 autores eran hombres y 2.011.616 se identificaron como mujeres, por lo que la brecha es de 1,88 veces en favor de los autores masculinos.

Sin embargo, esa disparidad de género se ha reducido con el tiempo, puesto que había 3,93 veces más hombres que mujeres entre quienes comenzaron a publicar antes de 1992, pero solo 1,36 veces después de 2011.

AUTORES DE MAYOR IMPACTO

Cuando el análisis se limita a los científicos más citados, se desprende que hay 3,21 veces más hombres que mujeres. No obstante, la brecha era de 6,41 entre los investigadores que publicaban antes de 1992 y bajó a 2,28 veces entre el grupo más joven con artículos a partir de 2011.

De ese grupo joven, 32 de los 174 campos de la ciencia (un 18%) tenían al menos tantas mujeres como hombres, o incluso más representación femenina, dentro de la categoría de autores más citados.

Los desequilibrios de género en el número de autores han ido disminuyendo con el tiempo tanto en los países ricos como en otros, pero en estos últimos hubo pocas mejoras en la brecha de género para los autores más citados.

En muestras aleatorias de 100 mujeres y 100 hombres del grupo más joven, una evaluación en profundidad mostró que la mayoría trabajaba en entornos académicos en 2023, pero el ascenso a profesor titular era muy raro.

“Nuestro trabajo documenta una reducción sustancial con el tiempo de las desigualdades entre hombres y mujeres en los niveles más altos del impacto de las citas científicas, pero hay un margen sustancial para futuras mejoras en la mayoría de los campos científicos", concluye Ioannidis.