El equipo del profesor Tasios Melis comprobó que el alga Chlamydomonas reinhardtii crece normalmente utilizando la fotosíntesis como método de capturar la luz solar y convertirla en proteínas. En el proceso absorbe dióxido de carbono y libera oxígeno, tal y como hacen el resto de plantas verdes.

Sin embargo, cuando los científios suprimieron el sulfuro en los experimentos de laboratorio, las algas comenzaron a consumir oxígeno. Al acabarse éste, activaron un método metabólico alternativo por el que quemaban sus reservas y liberaban hidrógeno. El proceso se iniciaba una y otra vez, sólo interrumpido por períodos de descanso.

Aunque la producción de hidrógeno en algas cultivadas es relativamente pequeña, sólo unos mililitros por litro de alga, el equipo del profesor Melis cree que con algas de un pequeño estanque se podría prducir suficiente combustible de hidrógeno para una docena de coches.

El hidrógeno como combustible ha atraído a numerosos científicos ecologistas, ya que es una forma limpia de quemar energía (lo que saldría de los tubos de escape de los coches a base de hidrógeno no sería más que agua potable). Sin embargo, el principal problema para el desarrollo de esta energía alternativa es encontrar métodos de producción baratos. Hasta el momento, el hidrógeno sólo se produce a través del gas natural y no es renvable.