CHRISTINE KEELER: "ES DIFICIL HABLAR PORQUE SE QUE ESTOY DELANTE DE MIEMBROS DEL KGB Y DE LA CIA"

SAN LORENZO DE L ESCORIAL (MADRID)
SERVIMEDIA

"Soy un animal herido", se autodefinió Christine Keeler, "y me resulta difícil hablar aquí cuando sé que estoy delante de miembros del KGB y de la CIA".

La escritora Christine Keeler, protagonista del "caso Profumo", que llevó a la caída, en 1963, del entonces ministro de Defensa británico, John Profumo, participó con escasas palabras en el curso "Poder y Servicios de Inteligencia", organizado por la Universidad Complutense en El Escorial (Madrid).

En tod momento rechazó hablar con claridad y sus parcas palabras, cazadas al vuelo, no asociaban las preguntas planteadas por los asistentes, pese a que su presencia en el curso había creado gran expectación.

"No poder hablar con los demás de lo que hago es grave, ya que la gente puede pensar que soy tonta y que no tengo cabeza", indicó Keeler.

No quería hablar, o bien porque "es difícil hacerlo delante de espías", o bien porque "el sentimiento de soledad no se comparte con nadie". También pudo ser porue "mi libro refleja todo lo que ocurrió realmente".

Lo cierto es que, después de conceder entrevistas a dos medios de comunicación, decidió poner precio a sus palabras y empezó a pedir dinero por salir en la prensa.

CODIGO ETICO

Keeler defendió un código ético que regule los límites hasta los que puede llegar la actuación del espionaje. "No puede permitirse hacer cualquier cosa bajo cualquier precio", dijo.

"Si vives bajo la espada, mueres bajo la espada", señaló la escritora, para quien l trato que recibió en aquella época "es lo peor que puede pasarle a una persona, aunque ahora la opinión pública de mi país sé que me aprecia".

"No fui prostituta; no fui espía, aunque supiera que Stephen Ward lo era. Pero no me parecía algo tan serio, porque no se trataba ni de matar ni de robar un banco", explicó.

Christine Keeler, autora del libro "A mater of security", confirmó que, después de tener que leer y escribir mucho, ahora no hace ni una cosa ni la otra. "Aunque tengo la suficiente nformación como para escribir un segundo libro, me falta una inspiración, de la que ahora carezco".

Cuando mira al pasado afirma: "Lo que ha ocurrido ha ocurrido, y hay que aprender a vivir con ello". Y cuando lo hace hacia el futuro, sueña con encontrar "un hombre muy especial con el que poder compartir toda su vida".

Por su parte, la condesa de Romanones, Aline Griffith, que perteneció al servicio secreto OSS, antecedente de la CIA, afirmó que, "aunque no somos tan fuertes como los hombres, lasmujeres tenemos la misma capacidad intelectual; sin embargo siempre he encontrando menos puestos ocupados por el género femenino".

Sin abandonar la ironía, Aline Griffith señaló que una de las grandes sorpresas de su vida la recibió hace poco tiempo, cuando se entero que su gran competidora del KGB en aquella época, que mantenía relaciones con militares españoles, terminó casándose con un agente de la CIA.

SEXO Y ESPIONAJE

Isser Harel, ex jeje del Mossaf de Israel, afirmó que sus servicios secrtos nunca han utilizado a las mujeres sexualmente, "porque era algo prohibido no sólo en la época en la que yo fui director, sino también en fechas posteriores".

Para Harel, al hablar de un espía se piensa siempre en el estereotipo de Matahari, es decir, " mujeres que extraían datos secretos a pobres hombres que no se enteraban de nada".

Sin embargo, las mujeres que ocuparon puestos importantes en los servicios de inteligencia, después, en tiempos de paz, se enfrentaban "a la discriminación y al rato injusto, ya que se encontraban con muchos obstáculos para ser nombradas oficiales, aunque hubieran sido eficaces en su labor".

Por su parte, Rafael Fraguas, periodista especializado en temas de Medio Oriente y coordinador del curso, señaló que, a diferencia del hombre, la mujer aporta en el espionaje un método inductivo enriquecedor para el conocimiento total, porque llega a lo general partiendo de lo particular.

(SERVIMEDIA)
28 Ago 1991
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