En cambio, los papeles se invierten para el conductor del vehículo pesado: tiene un 3 por ciento de posibilidades de resultar muerto y un 66 por ciento de salir indemne.

Además, en la mayor parte de los casos la muerte de este conductor o la gravedad de sus heridas están ocasionadas por colisiones posteriores a la frontal, debido a la pérdida de control y a salidas de la carretera.

Durante los años 1988, 1989 y 1990 se produjeron en las carreteras españolas 1.549 accidentes mortales por colisión frontal entre vehículos pesados (camiones, autocares, etc.) y turismos, en los que fallecieron 2.178 personas.

La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid ha realizado un estudio sobre ese desigual y violento tipo de accidente, que tiene como objetivo el desarrollo de un dispositivo antiempotramiento instalado en el frontal de los vehículos industriales, que sea capaz de absorber energía y minimice la severidad de estos accidentes.

La adopción de esta barra de acero, igual a la que ya es obligatoria en la parte trasera de los vehículos industriales, ha sido acordada por el grupo de expertos de Ginebra y será presentada para su aprobación por parte de Naciones Unidas.

Según el estdio, se evidencia que son los ocupantes del turismo quienes sufren la severidad del choque. Pero, incluso dentro de éstos, el índice de severidad aumenta a medida que crece el tamaño del vehículo.

La explicación que ofrece el estudio es que la gama alta de turismos ofrece unas prestaciones mayores de velocidad y transmite a su conductor un sentimiento más acusado de seguridad y confort, con lo cual las velocidades de colisión son mayores y aumenta el riesgo de lesiones entre sus ocupantes.

Por ota parte, en más del 90 por ciento de los accidentes estudiados la causa de la muerte o de las heridas sufridas por los ocupantes del turismo ha sido el aplastamiento por la estructura de su propio vehículo; tan sólo el 9,67 por ciento de los fallecimientos fueron debidos a eyecciones de los ocupantes.