A su vera, en el estrado de la conferencia de prensa de clausura, José María Aznar recurrió cuatro veces al calificativo "excelente" para definir el ambiente que ha rodeado el encuentro.

Aznar puede estar satisfeho. Se vuelve a Madrid no sólo con lo manifestación explícita del apoyo a "la política valiente que lleva a cabo su gobierno para estar presente en la moneda única", sino también con la expresión de una confianza: que España entrará en el pelotón de cabeza. "No nos cabe ninguna duda", afirmó Chirac, al que el jefe del gabinete español respondió con una declaración de buenas intenciones. "Deseo que el núcleo fundador de la unión monetaria sea el más amplio posible dentro de lo que significa el cumplimiento e los criterios que establece el Tratado de Maastricht", indicó.

Consecuentemente, se declaró partidario de mantener la fecha y los criterios prefijados. Este intercambio de cortesías se produjo después de que el presidente francés denunciara la relajación que se consintió "en el pasado", alusión clara a los gobiernos socialistas de ambos países, y proclamó que llegó el tiempo de "una política de gestión seria".

También hubo coincidencia también a la hora de proclamar la satisfacción que embargaambas delegaciones cuando se habla de los éxitos en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo.

En este sentido, y antes de la conferencia de prensa final, el responsable español de Interior ha confirmado que París y Madrid han decidido aplicar de manera bilateral el acuerdo europeo de extradición, lo cual permitirá entregar a los terroristas de ETA por la mera acusación de pertenencia de banda armada.

El ministro de Interior español, Jaime Mayor Oreja, insistió en que lo importante esno dormirse en los laureles. "No hay que bajar la atención", dijo. "En 1992 también se detuvo a la cúpula de ETA... y en este momento tenemos que mantener la atención".

En la misma línea, Jacques Chirac subrayó la "voluntad común de luchar contra el terrorismo y todas las formas de gran criminalidad".

La agenda bilateral ha quedado completa con el compromiso, por parte francesa, de presentar alternativas a la línea de alta tensión Aragón-Cazaril, que su Gobierno anuló por problemas ecológicos. Anes de fin de año, "Francia hará unas propuestas para que se sustituya la solución no aprobada por motivos de medio ambiente (...). Nos hemos comprometido a encontrar una solución definitiva para que España no tenga que sufrir por la decisión francesa", explicó Chirac.

Por otro lado, el máximo mandatario francés despejó las dudas que existía sobre el cumplimiento de los plazos de la construcción del Tren de Alta Velocidad Barcelona-Perpignan, por los recortes presupuestarios franceses para las grandes bras de infraestructura. Esta línea verá la luz en el año 2004.

En su conferencia de prensa conjunta, celebrada en el Auditorio del Palacio de Pharo, dominando el puerto viejo de Marsella, ambos estadistas resumieron también lo tratado en cuestiones de seguridad y defensa. Su postura es clara: se mantienen fieles a lo decidido en la cumbre atlántica de Berlín. Y porque son fieles a esa posición, Chirac reivindicó para Europa el comando sur de la OTAN (SACEUR), cuya base está en Nápoles y cuyo mando ocpa un estadounidense.

"No se puede hablar de una identidad europea de defensa, si no se traduce en la capacidad de mando en los teatros de operación afectados", dijo Chirac.

En la misma línea argumental, Aznar recalcó el interés que tiene nuestro país en que la consolidación de una identidad europea de defensa pase por la asunción de una "responsabilidad claramente percibida", pieza escencial de la alianza.

Aznar se refirió también a la cuestión canaria y afirmó que "nunca nos hemos plantead otra posibilidad que la de que Canarias esté bajo mando español, otra cosa distinta es que puedan haber otros intereses, pero España nunca se ha planteado otra posibilidad, primero porque existe esa doctrina OTAN, pero, si no existiese, ésa sería la posición en todo caso del Gobierno español".

El propio Aznar tuvo a bien explicar esa doctrina en la que se ampara. "Hay una doctrina OTAN acuñada que señala que ninguna parte del territorio nacional de los países que forman parte de la Alianza Atlántica uede ser fragmentada, troceada, haciéndola depender de mandos distintos. Nosotros, lógicamente, deseamos que en el caso de Canarias, como cualquier parte del territorio español, se aplique esa doctrina de la OTAN".

Curiosamente, a pesar de las declaraciones de armonía bilateral y cooperación multilateral, el resultado más inmediato de esta décima cumbre franco española ha sido una iniciativa cuyo objetivo es hacer más segura una región que ni siquiera es europea: la región zaireña de Kivu.

Jacque Chirac admitió que esta propuesta común, expuesta en un comunicado dado a conocer ayer por la noche, es "sólo un primer paso, pero en la buena dirección", puesto que ya ha comenzado a dar frutos con el cese de hostilidades en la zona.

Ambos países creen que el envío necesario de una fuerza multinacional al área debe ser aprobado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que ese contingente debe estar integrado por participantes de "todas las grandes naciones", entre ellas, "por supuesto", los stados Unidos. Otra condición: que esa fuerza pueda ser retirada "lo más rápidamente posible y relevada por una fuerza africana que sería ayudada por los EEUU y Europa", dijo Chirac.