Según informa el diario "The Guardian", ello se debería a que PetroChina, la empresa semipública de petróleo china, no cuenta con la tecnología necesaria para cumplir su compromiso de crear 10 pozos en la cuenca tibetana de Quiantang en los próximos tres años, debido a su difícil orografía.

Esta compañía está preparando los documentos para el concurso público para la adjudicación de este proyecto, que presentará a empresas extranjeras durante el segundo semestre de este año, y se encargará de supervisar la creación de varios bloques de prospección en la cuenca del Quiantang.

La Campaña para la Liberación del Tibet, que reclama la autonomía de la provincia anexionada por la fuerza por China en 1949, ha pedido a las empresas extranjeras que rechacen cualquier oferta de extraer petróleo allí.

"Ninguna compañía debería facilitar un proceso en el que los recursos naturales del Tibet serán utilizados para satisfacer la voraz demanda de energía de China, mientras Tibet sigue ocupado de forma ilegal y los tibetanos no pueden pronunciarse en la toma de decisión relativa a este proyecto", subrayó Matt Whitticase, portavoz de esta campaña.

Por su parte, los analistas internacionales creen improbable que empresas de la talla de BP y Shell participen en dicho concurso, dada la situación política del Tibet.