Actualmente, hay unos 50 etarras en Venezuela, y sobre seis de ellos pesan sendas peticiones de extradición, no atendidas hasta ahora por el Gobierno de Venezuela.

En rueda de prensa ofrecida en Caracas después del primer encuentro entre los dos mandatarios, Chávez no dijo que nada que cambie la posición mantenida hasta ahora por el Gobierno de Venezuela de considerar a los etarras como refugiados políticos, lo que no dejaría abierta la posibilidad a eventuales extradiciones.

Chávez insisió, no obstante, en su posición absolutamente contraria al terrorismo, del que dijo que le parece una "vía aberrante" para solucionar los problemas de los pueblos. Recalcó que ayudará a Aznar, "si algo pudiéramos hacer", pero añadió, refiriéndose a los etarras: "en cuanto al manejo interno de la problemática de un grupo de personas que aquí llegaron hace ya algunos hace diez años, otros hace cinco años, y que tienen y les fue otorgado la calidad de refugiados políticos, es un tema bastante complejo".

l presidente venezolano dijo que, por esa complejidad, se considera obligado a estudiar este problema "con la mayor discreción", criterio en el que coincidió con él José María Aznar.

Los etarras a los que se refería Chávez llegaron a Venezuela durante la época de gobierno de Felipe González después de las fracasadas negociaciones de Argel, por un acuerdo a tres bandas entre los Gobiernos de Venezuela, Francia y España.

Por otra parte, Aznar, al ser preguntado por las sospechas que suscita Chávez e estar preparando un régimen militar personal, señaló: "al fin y al cabo, lo que nadie puede negar es que el presidente Chávez ha ganado unas elecciones".

Aznar se refirió a una cuestión de política interna española, la conveniencia o no de reformar la ley electoral. Comentó que esas reformas no deben abordarse 'en caliente'.