La CGT asegura que los vagones fueron abandonados en una linea cerrada al tráfico, que une Valladolid con Ariza, y que pasa por las localidades vallisoletanas de Sardón de Duero, Quintanilla de Onésimo y Peñafiel.

Según CGT, el deterioro de los vagones y su desguace por parte de los vecinos habría provocado emisiones de las sustancias aislantes emleadas en su construcción, amianto blanco y azul, que produce dos enfermedades muy graves, asbestosis pulmonar y mesotelioma pleural.

El sindicato asegura que las particulas en suspensión de estas sustancias han sido respiradas principalmente por niños y jóvenes de los municipios mencionados y que las setas que crecen en los vagones son cortadas habitualmente para el consumo humano.

Por esta razón, el sindicato ferroviario de la CGT de Valladolid ha hecho un llamamiento a los habitantes de estas ocalidades y a sus alcades para que no se aproximen a los vagones.