March adujo que la huelga de media jornada corre el riesgo de generar divisiones dentro de los sindicatos y un "importante grado de confusión" por las convocatorias distintas a la general que hay en algunas comuidades y sectores.

La CGT acordó no sumarse a la convocatoria de los dos sindicatos mayoritarios, al no aceptar éstos tres condiciones: un manifiesto y cartel unitario, la intervención de todos los sindicatos en los mítines que cerrarán las manifestaciones del 28-M y el mantenimiento de la unidad tras el paro general.

El paro de CGT, que ya ha sido comunicado a la Dirección General de Trabajo, establece dos excepciones al horario general: el País Vasco y los medios de comunicación escrita, donde u convocatoria es también de 24 horas, pero del día 27 de mayo.

En relación con los servicios mínimos, March explicó que su sindicato es partidario de aplicarlos en las actividades consideradas esenciales en la propuesta de autorregulación de la huelga de UGT y CCOO, que son los relativos a la vida, la salud y la seguridad.

March se mostró convencido de que, tras la huelga general, Felipe González no podrá repetir mayoría absoluta en las próximas elecciones generales, por el desgaste que producir entre su electorado.

La convocatoria de huelga de CGT añade a los motivos esgrimidos por UGT y CCOO la exigencia de un "giro social" en las relaciones laborales, concretado en la reducción de las modalidades de contratación, la promulgación de una ley de reinversión de beneficios y la convergencia social con la CE en vivienda, salud, educación y prestaciones sociales, entre otras materias.