Perote ha expresado recientemente sus temores a ser blanco de un asesino a sueldo que presuntamente le estaría siguiendo desde que se conoció su participación en el robo de documentos secreto del Cesid.

Las fuentes consultadas insistieron en que esas sospechas no merecen ninguna credibilidad, porque la sustracción de tales documentos secretos fue conocida por la dirección del Cesid en 1991 y por tanto "si se hubiese querido tomar represalias habría habido tiempo más que suficiente".

Perote o sus abogados han denunciado públicamente que varias dotaciones de la Guardia Civil le estaban siguiendo. El coronel interpretaba que con esta vigilancia se le pretendía presionar desde el Gobiern para que no desvelara la información que conocía.

Esta vigilancia habría sido ordenada por el juez togado militar que investigaba el caso, Jesús Palomino, para evitar cualquier percance al ex responsable del Cesid.

Fuentes solventes del Ministerio de Justicia e Interior aseguraron a Servimedia que para el Gobierno supondría un grave perjuicio el que Perote sufriera algún percance, por lo que tomarán las medidas necesarias para protegerle, siguiendo siempre las indicaciones de los jueces.