El informe, cuya elaboración fue solicitada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en junio de 2002, fue aprobado por el Pleno del CES el pasado mes de octubre.

Las conclusiones del informe arrancan por el papel de los poderes pblicos y señala el potencial de los convenios para fomentar la igualdad de oportunidades, el acceso al empleo, la promoción y formación profesional, la clasificación profesional y los sistemas retributivos, la conciliación de la vida familiar y laboral, la prevención de riesgos, el acoso sexual y la promoción de la igualdad.

El CES resalta que "en el plano normativo se han producido avances muy importantes en el fomento la remoción de obstáculos a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres".En este punto, las directivas europeas sobre igualdad de trato ofrecen el "soporte sustancial" que debe tenerse en cuenta.

"También la legislación española ha ido asumiendo en este campo los avances en el campo normativo comunitario, avances que, por sí solos, no son suficientes para propiciar un cambio que tiene dimensiones eminentemente culturales", añade el CES.

En materia salarial, el CES afirma que, con datos del Panel de Hogares de 1999, la brecha salarial en España se sitúa en el 14%, es dcir, que si un hombre gana 100 euros por desempeñar una labor, una mujer que ocupe el mismo puesto y tenga la misma cualificación y experiencia, recibe 86 euros. En la UE, la brecha es del 16%, dice el CES.

La brecha salarial es "más amplia" en el sector privado que en el público, un 20% frente a un 13%, y entre los jóvenes que entre los adultos. En el grupo de edad de 16 a 29 años las mujeres ganan un 23% menos que un hombre que ocupa su mismo empleo; de 30 a 49 años reciben un 9,5% menos, y a partirde los 50 años la brecha se reduce al 4%.

La diferencia de sueldos es "muy alta" entre los ocupados con estudios superiores, al situarse en el 24%, frente al 12% de los ocupados de nivel secundario y del 21% de los que tienen estudios inferiores.

En materia de conciliación de la vida familiar y laboral, las mujeres se encuentran "claramente condicionadas" por el "déficit" de equipamientos públicos para el cuidado de personas dependientes (mayores y niños de menos de tres años, principalmente), as como por la "escasa" coordinación de los tiempos laborales y de otros usos sociales del tiempo.