Mientras tanto, el dispositivo policial en los poblados de venta de drogas de Madrid ha entrado e una segunda fase, de menor presencia policial, una vez obtenido el compromiso del ministro de Sanidad, el presidente regional y el alcalde para elaborar un plan integral contra la droga, así como para incrementar la administración de metadona bajo estricto control médico a través de los llamados "metabuses".

Ahora, lo primero es quitar el "mono" a los drogadictos, entiende Núñez Morgades, para lo cual el Insalud se ha comprometido a habilitar cuanto antes las 500 plazas de suministro de metadona que enía pendientes y Alberto Ruiz-Gallardón ha ordenado que los servicios regionales, incluído el Gregorio Marañón, apoyen con todos los medios a los toxicómanos privados de su dosis por la actuación policial. El ayuntamiento, por su parte, también colabora en la distribución de metadona con el "Isidrobús".

El objetivo, en definitiva, es contactar con el drogadicto o sus familiares y emprender un proceso de desintoxicación, pero sin dar cuartel al traficante.

Respecto a las acusaciones de que ha habdo criminalización del colectivo de toxicómanos y de grupos étnicos o de extranjeros, Núñez Morgades señaló a Servimedia que justamente ahora, cuando se cumplen veinte años de la llegada de la democracia a España, "sería terrible, sería un retroceso brutal que alguien identificara el problema del tráfico de droga con cualquier tipo de etnia o de color. El delincuente es el delincuente, pertenezca a donde pertenezca".