Para ello, los profesionales que componen los 33 equipos específicos de apoyo educativo de la ONCE están ya trabajando en la planificación de las intervenciones que llevarán a cabo durante todo el curso escolar, con el fin de facilitar a estos alumnos su tarea diaria.

En el último curso 2005/06, 7.401 alumnos recibieron esta atención educativa, en los diferentes niveles, de los cuales 7.133 estaban escolarizados en educación integrada en centros normales (96%) y 268 (4%) en los Centros Específicos de la Organización, que dan cobertura a todo el territorio nacional.

De los 7.401 alumnos, 1.368 corresponden a Educación Infantil; 1.304, a Educación Primaria; 966 están ya en la ESO; 286 en Bachillerato; 206 en Formación Profesional y 3.271 en otro tipo de enseñanzas.

Por comunidades, el censo de alumnos es de 1.856 en Andalucía; 185 en Aragón; 125 en Asturias; 348 en Canarias; 60 en Cantabria; 294 en Castilla-La Mancha; 365 en Castilla y León; 1.167 en Cataluña; 589 en la Comunidad Valenciana; 154 en Extremadura; 336 en Galicia; 180 en Islas Baleares; 39 en La Rioja; 1.202 en Madrid; 298 en Murcia; 59 en Navarra, y 144 en País Vasco.

ATENCIÓN ESPECIALIZADA

La inclusión de los niños con discapacidad visual en un ámbito educativo normalizado responde a la tendencia de crear un único sistema donde se integren todos, prevaleciendo siempre el derecho de cualquier alumno a recibir una atención educativa equitativa y de calidad, y respetando por encima de todo las necesidades específicas de cada uno de ellos, explicó la ONCE.

Para ello, los profesionales de la ONCE se ocupan diariamente de atender las necesidades de cada alumno en todos aquellos aspectos relacionados con su discapacidad visual.

Estos especialistas acuden a sus colegios y centros de enseñanza con el fin de facilitarles, en muchos casos de forma individualizada, algunos aprendizajes que requieren de un mayor grado de especificidad, como el código Braille o programas de estimulación o entrenamiento visual, el manejo de dispositivos tecnológicos que permiten el acceso a la información, el uso de las nuevas tecnologías o la adaptación de materiales didácticos, etc.

Además, orientan y asesoran a la comunidad educativa y a las familias sobre los problemas que lleva la falta de visión y cómo resolverlos.

Para que la labor de estos profesionales cumpla sus objetivos, los integrantes de estos equipos de atención reciben una formación especializada en los Centros de Recursos Educativos de la ONCE (CRE). Este último verano se han celebrado 26 acciones formativas con diferentes temáticas, en las que han participado casi 600 profesionales.