El manifiesto, al que se han adherido ciudades españolas y de la Unión Europea, asegura la continuidad de las propuestas del congreso, entre las que se incluyen la definición de la minusvalía como un concepto dinámico" que depende del entorno y de la capacidad individual de las personas.

La adhesión a la declaración implica, por parte de los ayuntamientos firmantes, su compromiso en el cumplimiento de unos mínimos de accesibilidad para conseguir ciudades adaptadas a los discapacitados.

El congreso ha contado con la presencia de más de 500 personas de 11 países europeos, muchas de ellas con minusvalías físicas o psíquicas, que han participado por primera vez en mesas redondas y debates del rograma.

Algunas de las conclusiones a las que han llegado los ponentes del congreso han sido "la preocupación europea por el fenómeno de exclusión social como un riesgo para amplios sectores de la población" y la coincidencia entre distintas ciudades en la necesidad de aunar esfuerzos y participación para solucionar los problemas de los deficientes físicos y psíquicos.

Las jornadas, organizadas por el Ayuntamiento de Barcelona, fueron inauguradas ayer por el alcalde de la ciudad, Pasqual Maragal, la teniente de alcalde Eulàlia Vintró, el consejero de Bienestar Social de la Generalitat, Antoni Comas, el subsecretario del ministerio de Asuntos Sociales, Javier Valero, y representantes de diversos colectivos de discapacitados.