Así lo indicó Wetselaar durante la presentación de la Estrategia 2030, ‘Positive Motion’, con la que la compañía energética aspira a convertirse en líder de la movilidad y la energía sostenibles en España y Portugal y ser un referente de la transición energética.

“Estamos trabajando muy duro”, aseguró Wetselaar, en referencia a los problemas para contar con combustibles suficientes como consecuencia de este conflicto bélico.

Sobre la situación con el diésel, que desde que se inició la guerra ya se ha encarecido más que la gasolina, apuntó que resulta complicado encontrar suministros alternativos al ruso en otras regiones como Oriente Medio lo que provocará que en el nivel de disponibilidad sea “inadecuado para los niveles de consumo habituales”.

De hecho, la diferencia de precio entre el diésel y la gasolina se sitúa actualmente en 1,5 céntimos por litro, lo que supone su mínimo histórico, superando los 2,8 céntimos de la semana anterior y los 3,2 céntimos registrados en marzo de 2019.

Según los datos extraídos por Servimedia del boletín petrolero que elabora la Comisión Europea, la diferencia se ha venido reduciendo desde septiembre del año pasado, cuando llegó a alcanzar los 15,8 céntimos, su máximo desde mayo de 2016. La caída se intensificó desde enero de este año, cuando todavía era de 13,3 céntimos.

El gran desplome se produjo hace dos semanas, cuando pasó de 9,9 céntimos a los 2,8 céntimos, coincidiendo con una subida del diésel del 15%, hasta 1,817 euros por litro, mucho mayor que la de la gasolina, que subió un 10%, hasta los 1,845.