Segúneste análisis, "la economía española registra en estos momentos una detención en el retroceso de la actividad, un comportamiento positivo, pero no satisfactorio, del sector exterior, un grave desequilibrio de las finanzas públicas y una clara tendencia a la moderación de los costes laborales y financieros, lo que está permitiendo el necesario proceso de ajuste de las empresas".

CEOE advierte que en los próximos meses asistiremos a una alternancia en los resultados positivos y negativos de variables coo el paro, las ventas de automóviles, la producción industrial o la demanda de energía, ya que "la salida de la crisis nunca es rectilínea".

SIN INVERSION NI EMPLEO

Asimismo, destaca que el pesimismo de los inversores persiste tanto en España como en el resto de los países europeos, aunque no es previsible una caída en este aspecto como en años anteriores. Tampoco se producirá, afirma la CEOE, un cambio en las pautas de comportamiento del consumidor, porque "persistirá, al menos hasta el verano, la volución negativa de la demanda".

El tirón ya existente de la demanda externa y la recuperación de la actividad turística y exportadora, junto a segmentos de la construcción como la obra civil y la vivienda, son los sectores sobre los que cabe mayor esperanza de dinamismo.

Respecto al déficit público, la patronal destaca que "nos encontramos ante una dejación absoluta" por parte del Estado en su responsabilidad sobre el control y buena gestión del gasto, ya que sus cifras calculan que la desviacin en 1993 rondó los 2,2 billones de pesetas.

Tras decir que "el crecimiento de la presión fiscal ha ido demasiado lejos y no cabe recurrir a ella para reducir el déficit", CEOE señala que "las pensiones y otras prestaciones sociales, las pérdidas de las empresas públicas y el 'agujero negro' de las administraciones autonómicas van a condicionar el devenir económico de los próximos meses".

Para la patronal, los costes del ajuste en el empleo y las insoportables alzas salariales en 1993 imposibilitron el saneamiento financiero durante buena parte de ese año, y sólo al final del ejercicio se detectaron los efectos de la reducción de plantilla y la bajada de tipos de interés sobre el volumen de quiebras y los recursos generados por las empresas, "lo que posibilitará el grueso del ajuste financiero en 1994".