Se trata de un nuevo indicador, denominado "Social Footprint", capaz de expresar con un simple número, claro y comprensible, la situación de una entidad (empresa, organización, región o país) y su contribución de responsabilidad en la deuda social global.

El concepto básico que se sitúa detrás de este nuevo método, desarrollado en colaboración con la Universidad de Groningen (Holanda), es el de expresar en fracciones o cocientes la relación existente entre los recursos que se tienen y su consumo, con lo que todo cociente inferior a 1 mostraría que la cantidad existente de ese recurso sería insuficiente.

Otra de las novedades de "Social Footprint" es su capacidad de detectar el grado de responsabilidad individual de los directivos o empleados. Para una compañía en la que sus operaciones no son socialmente sostenibles, el indicador le permite expresar la influencia de cada empleado en esa carencia. De esta forma, se puede saber cual es la contribución individual al desarrollo sostenible de la empresa.