Aunque Araluce niega la existencia de grietas en las penetraciones de las tapas de las vasija de Almaraz I y II, Greenpeace considera que el cambio puede estar motiado por el posible descubrimiento de un problema de agrietamiento similar al que ha sufrido la Central Nuclear de Zorita (Guadalajara), que permanece parada desde el mes de enero de 1994.

En cualquier caso, la organización ecologista criticó el diferente trato que se ha otorgado a Almaraz y Zorita, ya que en esta última ni el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ni el Ministerio de Industria y Energía ni la compañía propietaria, Unión Fenosa, consideraron necesario cambiar la tapa de la vasija.

Ell a pesar de que Unión Fenosa también participa en la explotación de las centrales de Almaraz, que están participadas por Iberdrola (53 por ciento), Sevillana de Electricidad (36 por ciento) y Unión Fenosa (11 por ciento).

Para Carlos Bravo, portavoz de Greenpeace, "resulta cada vez más inexplicable la actitud irresponsable que con respecto a Zorita mantienen Unión Fenosa, el CSN y el Ministerio de Industria".

A su juicio, "todo parece indicar que el CSN aceptó las propuestas de Unión Fenosa para a reparación de las grietas de Zorita, que no incluían el cambio de la tapa, con el único fin de permitir a esta compañía poner la central en marcha mientras se fabricaba en secreto la tapa de la vasija, aunque eso supusiera que durante ese tiempo el funcionamiento de Zorita fuera altamente peligroso".

La puesta en marcha de la central de Zorita fue aplazada al detectarse el 25 de marzo una fuga en el transcurso de una prueba hidrostática como consecuencia de un poro localizado en un elemento de la taa de la vasija.

Bravo denunció que estos hechos demuestran que "el CSN y el ministerio están absolutamente controlados por la industria nuclear y las compañías eléctricas. Sólo por esta razón Zorita no se ha cerrado ya de forma definitiva".