Según el CSN, aunque la instalación estuvo en todo momento en condiciones de seguridad, el incidente se clasiicó en el nivel 1 porque constituyó una anomalía en el regimén de funcionamiento que, sin tener un impacto significativo, revela la existencia de deficiencias leves en aspectos de seguridad que hay que corregir.

El suceso se inició por un fallo en el condensador, lo que provocó la parada de la turbina y, en consecuencia, que se detuviera automáticamente el reactor nuclear.

El fallo del condensador tuvo su origen en la rotura de la junta de una tubería que comunica una de las dos turbinas con el cndensador, lo que provocó un aumento de la presión.

Cuando la presión del condensador supera un determinado valor, se deben cerrar automáticamente las ocho válvulas que cortan el paso de vapor procedente del reactor desde el edificio de contención hasta el edificio de turbinas.

Sin embargo, las válvulas no se cerraron automáticamente debido a un fallo de los sensores de presión, por lo que los operarios tuvieron que hacerlo manualmente.