Antonio López, portavoz de CECU, dijo a Servimedia que la iniciativa del consistorio tiene sentido en aquellas líneas de la EMT donde se producen más conflictos, pero resulta excesivo aplicarla en la totalidad de los autobuses.

"Nos parece que es una vigilancia sobre los usuarios que no aporta nada en absoluto y que puede incluso molestar", subrayó López, quien añadió que este tipo de medidas van a convertir a Madrid en un "Gran Hermano".

Sin embargo, el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), Francisco Caño, saludó la iniciativa del Ayuntamiento y añadió que "es muy difícil poner un policía en cada autobús".

Caño indicó a Servimedia que las cuotas de inseguridad que se están alcanzando en algunas líneas de autobuses hacen necesarias medidas de carácter preventivo como la videovigilancia.