Cecoma afirma que esta situación "es una fuente de conflictos y representa una sangría económica en las zonas de aparcamiento vigilado y para residentes, al no poder los comerciantes acceder a las autorizaciones para aparcar en la zona, puesto que no se les considera residentes y, además, no se conceden permisos para ese tipo de vehículos".

Asimismo, los comerciantes se encuentran con el problema añadido de que en gran parte de los aparcamientos privados sus vehículos de trabajo no caben, debido a que sus dimensiones suelen ser mayores de lo habitual.

Por ello, las 87 organizaciones empresariales representadas en Cecoma piden que se habiliten plazas de aparcamiento para los comerciantes, con el fin de que no tengan que enfrentarse a denuncias y multas.

Cecoma estima que "no basta con que las autoridades municipales exijan a los comerciantes e industriales dedicados al comercio perecedero una serie de requisitos administrativos para ejercer su profesión de una manera correcta; en contrapartida, deben facilitar los medios para que puedan desarrollar su actividad, pues de no ser así el abuso es evidente y resulta una injusticia".