Las centrales sindicales consideran que el texto elaborado por el Gobierno tiene mucha "literatura", es continuista respecto a años anteriores y no ofrece medidas concretas para luchar contra el alto índice de temporalidad en empleo ni para mejorar la cobertura por desempleo, entre otros asuntos.

La secretaria de Empleo de CCOO, Lola Liceras, y el secreario ejecutivo confederal de UGT, Jesús Pérez, coincidieron hoy en rechazar el plan por tercer año consecutivo y presentaron un documento conjunto y alternativo, con nuevas propuestas que, por primera vez, el Gobierno remitirá conjuntamente con el Plan a Bruselas, para que las autoridades comunitarias conozcan también la postura de los sindicatos españoles.

Las centrales sindicales denuncian además que Plan de Empleo del 2000 recorta ostensiblemente (de 1.800.000 a 1.500.000) las acciones para el emplo que se abordarán durante este año, con lo que afectarán sólo a 1.100.000 parados, mientras que el año pasado llegaron a 1.500.000 desempleados.

MUJER

Además, denunciaron que el Plan de 1999 destinó sólo un 30% de sus acciones de empleo a las mujeres -en contra de lo anunciado por el Ejecutivo- y solicitaron que el Plan del 2000 garantice que el 54% de las acciones de empleo se dirijen a las féminas en paro, el colectivo más afectado por el desempleo.

Por ello, consideran que "el Plan de Emple para este año no puede continuar siendo un mero trámite burocrático para cumplir formalmente unas directrices que le vienen impuestas", perdiendo una oportunidad para tomar medidas concretas contra el desempleo, la temporalidad y el bajo nivel de protección en el subsidio de paro que permite que 130.000 familias no tengan prestación a pesar de que ninguno de sus miembros trabaja.

UGT y CCOO piden una reforma de la Ley Básica de Empleo, una reorganización del tiempo de trabajo tendente a la reducción e la jornada, frenar la temporalidad penalizando la rotación y la contratación reiterada para un mismo puesto e igualar las oportunidades entre hombres y mujeres.

También insisten en la necesidad de abordar el grave problema de los trabajadores de 50 años que resultan excluidos del mercado laboral sólo por razones de edad y que, según Jesús Pérez, afecta a la mitad de los empleados de más de 50 años.

Por último, los sindicatos consideran imprescindible mejorar el acceso al empleo de los colectivo con mayores problemas de inserción laboral, especialmente los discapacitados, y en afianzar el acceso al trabajo de los inmigrantes en igualdad de condiciones con el resto de empleados.