En un encuentro con periodistas, Fidalgo apuntó que para que esto pueda llevarse a cabo es preciso un cambio normativo en dos sentidos: que no sea necesario haber cotizado antes de 1967 para jubilarse anticipadamente y rebajar ostensiblemente la penalización de un 8% por año que sufren quienes optan por este modelo.

La normativa actual sólo permite la jubilación antiipada si se ha cotizado antes del año 1967 y penaliza con un 8% cada año que se anticipe. Así, una persona que abandone la actividad laboral a los 60 años tendrá una pérdida del 40% de la posible pensión.

Según los estudios de CCOO, es posible rebajar esta penalización sin poner en riesgo las cuentas de la Seguridad Social, como ya sucede en Alemania, donde la penalización por jubilación anticipada está algo por encima del 1%.

Además, CCOO plantea que el coeficiente reductor se pueda calcular en unción de los años trabajados, de manera que alguien con 40 años cotizados tenga menos penalización que el que lo ha hecho 35.

En cuanto a las prejubilaciones, Fidalgo aseguró que es necesario abordar un cambio legislativo que impida que la Seguridad Social "costee operaciones de estrategia empresarial", como está sucediendo actualmente.

Para ello, se mostró favorable a la creación de un fondo de prejubilaciones creado por las propias empresas, aunque mostró su escepticismo respecto a que esta inciativa se lleve a cabo.

VIUDEDAD

En cuestión de pensiones, CCOO reclama la modificación de las actuales prestaciones por viudedad, ligándolas más a la situación real de la familia que se queda sin uno de sus miembros y no sólo al hecho de la pérdida del cónyuge.

Fidalgo explicó que no se trata de mantener a ultranza la pensión de viudedad para una persona que se queda sin esposo o esposa pero mantiene un buen puesto de trabajo o una buena situación económico-social, sino de que reciban una pretación adecuada quienes se queden en una situación difícil, con hijos u otras responsabilidades.

"Sabemos que es una cuestión poco electoralista pero es real", insistió Fidalgo, quien subrayó que este tipo de pensión debe evolucionar como lo han hecho los tiempos.

Añadió que si nació como un modelo para proteger a las mujeres que no trabajaban y perdían a sus esposos, debe cambiar para atender a una sociedad en la que las féminas -principales perceptoras de este tipo de pensión-, están casi totalente integradas en el mercado laboral.

En todas estas cuestiones, Fidalgo apostó por el diálogo entre todos los agentes sociales, también los empresarios, puesto que se está tratando del futuro de la Seguridad Social. Por otra parte, insistió en que éstos son también asuntos de debate político para el Pacto de Toledo. "El debate político y el diálogo social deben ir paralelos", precisó.