En este sentido, CCOO pidió que los inspectores de trabajo también estén presentes durante todo el proceso para supervisar que las medidas, los planes y las decisiones que se han tomado "se ajusten a la normativa vigente".

Carmelo Plaza afirmó que lo que más le preocupa en este momento es la seguridad de los trabajadores que van a hacer la demolición, pero recordó que no hay que olvidar la seguridad de todos los ciudadanos que están alrededor. Así, reclamó que lo operarios "deben tener la máxima seguridad y el conocimiento de lo que están haciendo".

Desde CCOO se cree que lo más adecuado para el derribo es la creación de "un plan de demolición combinado" por los técnicos de la consejería de Obras Públicas en colaboración con la seguridad del propio ayuntamiento y con la de las empresas que desarrollen las actividades de demolición, con el fin de "conseguir un perímetro adecuado".

En cuanto a la utilización de robots dirigidos desde las grúas para la seguridad de los operarios, Carmelo Plaza afirmó que "es evidente que si hay riesgo de desprendimiento, que haya un robot aplastado es mucho mejor que una vida humana aplastada".