El secretario general de l Agrupación de personal penitenciario de Cataluña de CCOO, Manuel García, presentó un informe sobre las prisiones catalanas en el que destaca que los dos últimos centros construidos, Can Brians y Quatre Camins, cerca de Barcelona, sufren los mismos problemas que las cárceles viejas como la Modelo.

El representante sindical citó las drogas, la falta de personal y de seguridad y una política de tratamiento muy deficiente, como principales causas del mal funcionamiento de los penales.

García señaló,como última consecuencia de esa situación, las fugas de presos registradas los últimos meses, en algunos casos masivas, como la del centro Ponent de Lérida, donde el pasado 23 de julio huyeron trece internos.

El secretario de personal penitenciario también habló de la falta de control sobre los reclusos que, en su opinión, originó en Can Brians y en sólo un año "la dimisión del director de esta cárcel la pasada semana, los ceses del subdirector de régimen interior y del subdirector médico".

Segúnel informe elaborado por CCOO, las estadísticas confirman que un 44 por ciento de los internos que cumplen condena en las cárceles de Cataluña aprovechan los permisos para delinquir.

El documento critica también que la dirección general de Instituciones Penitenciarias "no tiene política de tratamiento para la integración del interno una vez acabada su condena ni política de personal".

Otro de los puntos denunciados por el sindicato es la entrada de drogas en las cárceles, que "ha traido el asentaiento definitivo de unas mafias dentro de las cárceles que mueven mucho dinero y que han creado una red de extorsioens que afecta a la mayor parte de la población interna".

El informe también explica que "la situación ha degenerado hasta tal punto que se llegan a acordar pactos entre la dirección y ciertos internos, llamados 'kies', que dan lugar a una situación en la que los útlimos ganan poder y los primeros seguridad".

Según los datos facilitados por CCOO, desde el mandato de García Clavel, endiciembre de 1990, la policía ha descubierto redes de venta de drogas en las cárceles de Figueres (Gerona), Quatre Camins y Wad Ras (Barcelona).

Los responsables del sindicato proponen, por otra parte, un control de ecografías sobre los presos después de tener contactos íntimos, para controlar la introducción de drogas en los centros, y que se practiquen revisiones más estrictas en las entradas de paquetes.